La primavera.

Empecé a sentir el olor de la primavera

de esa frescura, de eso que se siente cuando

empieza septiembre

y el invierno y agosto y julio,

ya son algo triste

ya fueron.

Ahí se me revienta la cabeza.

Ahí no hay más despacio, ni detenerse, ni fumar tranquilo, ni dejar un poco para los demás, puesto que los demás no existen y aquí no hay inocentes.

Ahí me vuelvo loco.

Ahora, poco a mucho, mucho a demasiado.

Esto me motivó a escribir un triste poema

que hablara de las flores que se pudren rápido y su olor nauseabundo,

de los ladrones de órganos masturbándose frente a la victima,

de los viejos troles abandonados en orfanatos y cárceles de adolescentes,

de la mujercita que trabajo toda su vida para tu madre y se morirá sin un peso,

de los baños públicos cargados de violaciones y tan inimputables ellos,

de “los hambrientos piden pan, los golpea la milicia”.

Pero el resto del poema hablaría de las mujeres que perdí y de las nunca gané,

de un niño solitario cerca de la ventana y el olor a lluvia que deja tu mirada,

del perfume de los labios mas bellos,

del silencio y su musicalidad.

El ruido del silencio.

Por ahora la temperatura me agrada, me dan ganas de salir,

tomar cerveza, besar mujeres y saludar a mi padre con un beso,

escribir una carta, responderte,

y seguir mirando el cielo como lo hice anoche,

pensando en esa estatua del trabajador que la oligarquía mendocina hizo desaparecer,

como la de Ernesto en Chile,

desapareció,

como nosotros,

desapareció.

º Este poema es fresquito lo acabo de Escribir. Mientras los que leen mas seguido son , la mayoria , de hace mas de un año.
Veamos que tanto he deteriorado mi forma, estilo y pluma.º

Foto: Gentileza Paulo Puga-