viernes, 29 de enero de 2010

Educación: ¿fuente de igualdad o de dominación?



“La educación transmite porque quiere conservar, y quiere conservar porque valora positivamente ciertos conocimientos, ciertos comportamientos, ciertas habilidades y ciertos ideales. Nunca es neutral: elige, verifica, presupone, convence, elogia y descarta.”

Fernando Savater.


A modo de introducción

El objetivo de mi trabajo es, de manera muy somera, tratar de lograr una crítica al estado actual de la educación y a su historia, tomando los aportes de Savater, de Fattore, de Fanfani y otros, con el uso de mi biografía escolar y la bibliografía indicada y no indicada. El trabajo es una especie de collage que opera articulando diferentes voces y posiciones encontradas, pero que logran reconciliarse en el tópico de la urgencia educativa actual.

El problema histórico y cultural

La Teoría de la educación, la educación como forma de rebelar múltiples verdades , la educación como hacedora de democracia , la educación como herramienta revolucionaria, la educación como maquina de alineación , la educación como zoológico de hombres, como laboratorio de experimentación.

Todo eso y más con una sola institución: La escuela.

A través de los años podemos ver como la educación tuvo sus avances y retrocesos, es eso lo que vuelve tan complejo la realización de un análisis total y objetivo de la educación. Hemos sido testigos de la educación como forma de represión (sexual, ideológica, política, etc.) y aun así seguimos sosteniendo que es el único invento de el hombre que lo ayuda a ser tal, y es cierto, todas las sociedades han tenido su educación, (sean ágrafas o no) y casi todas con el mismo objetivo, transmitir a las generaciones mas jóvenes los valores y modales de su tradición, de su cultura (en el mas amplio sentido de la palabra).

Pasa que hoy , en el mundo posmoderno , las sociedades post industriales han dado lugar al “hombre corcho” , el hombre que queda a la deriva de la coyuntura , que queda desprotegido frente a la realidad , que da vueltas y vueltas ( en los supermercados y shoppings) en busca de su identidad , han creado al hombre libre .Éste dejado como un péndulo a la deriva del mundo ya no busca en la educación su refugio , y si lo hace es por un afán pragmático , económico o utilitarista . De este modo asistimos a la desaparición de la tradición humanística de la educación, la escuela como formadora de pensadores y los docentes como intelectuales.

Tal y como profetizo el gran Nietzsche hace mas de 100 años la sociedad tomara valores nihilistas. El nihilismo acontece en nuestro tiempo como manifestación de la ausencia de una medida única y al mismo tiempo como la proliferación de múltiples medidas, que en cada caso, pueden aparecer como válidas.Esto sucede cuando nos abandona la tradición (o nosotros la abandonamos a ella): “Las personas viven para el hoy, viven con mucha prisa, viven muy irresponsablemente y esto precisamente es lo que se llama libertad” nunca mas exacto.

Aunque hoy en día seguimos padeciendo algunos vejestorios de la tradición (en el sentido mas enfermo y detestable de la palabra) podemos decir que la pérdida de valores tradicionales ha dejado casi sin leitmotiv a la educación: si esta tenia que transmitir los conocimientos que una porción de la sociedad consideraba auténticos, buenos y por lo tanto tradicionales, ha asistido la educación a su propio funeral. Esto no quita que los contenidos sigan existiendo, pero esta vez, ya no para conservar el status quo tradicional, sino que están para tecnificar al hombre o tecnocratizar a la sociedad, ahora no responden a la lógica de las elites gobernantes , sino a algo mucho peor , la lógica del consumo , es decir , del mercado. Así el nihilismo termina en la asunción o reconocimiento de múltiples cosas valorables al volverse inoperante lo que antes se mostraba como lo supremo.

Pero no todo es tan desolador, también hay una luz en medio de tanta maraña y es el mismo Nietzsche quien nos la arroja cuando afirma que luego de tanto deambular por la realidad, el hombre algún día volverá a necesitar los valores. Pero es Savater quien, a mi juicio, propone las claves pera la educación del siglo veintiuno, la educación que vendrá. El nos habla de Universalidad democrática. Cuando algo es universal se transforma en la trasmisión de alternativas, la labor del maestro debe ser “fomentar una insatisfacción creadora que utilizase aquellos elementos postergados y sin embargo también activos en un contexto cultural dado”. Aquel que educa se convierte en el responsable del mundo ante el alumno y como dice Hanna Arendt: “si le repugna esta responsabilidad, mas vale que se dedique a otra cosa y que no estorbe”.

La pretensión universalizadota de la educación democrática se basa en auxiliar las condiciones del medio de cada persona y en hacerla volver a las raíces. No se trata de homogenizar universalmente (fin que si tiene la globalización neo liberal) sino de romper la mitología autista de las culturas que exigen ser preservadas a si mismas (nada tan dañino e impostado que las fronteras “nacionales” cargadas de patrioterismo genuflexo).

Los estudiantes de este país , y aquellos que nos educamos en la década de los 90, tenemos que cargar con un cargo de conciencia inmenso : nos educaron como tontos y fuimos educados para seguir siendo tontos toda nuestra vida , aunque hoy a la luz de la teoría , vemos que los que nos educaron fueron los tontos realmente , y no es un alegato contra las maestras sino contra quienes hicieron el currículo , contra quienes quisieron hacer de una educación fuerte, rígida y cargada de conceptos ( aunque muchas veces retrógrados y no por ser fuertes y rígidos del todo buenos) una educación mediocre y blanda , una educación Light , donde saber el nombre de los miembros de la primera junta era mas importante que saber porque se juntaron , donde saber el himno de Malvinas era mas importante que saber quien hizo esa guerra , donde ( y esto es tal vez lo mas triste ) saber el nombre de las capitales de Europa era mas importante que saber el nombre de los países de África. Así fue nuestra educación, ni universal ni democrática, solo para algunos, solo para seguir perteneciendo a una clase y ya Alhtusser nos decía que la educación no subsana las diferencias de clase sino que las acentúa, y esto a mi entender es relativo pero en este marco cobra rigor. Lo vivimos, lo aprendimos, lo practicamos, nos reproducimos.

El problema actual.

Sabemos que la educación esta en crisis hace mucho tiempo pero hoy el problema fundamental que tenemos en al argentina ( y en casi todos los países subdesarrollados) es la fragmentación del sistema educativo, que supone un campo estallado con rupturas y discontinuidades que impide la movilidad social y la perdida de unidad y referencias comunes mas allá de la clase social todo esto a través de una dinámica de la multiplicación fragmentada que a su vez da como resultado final ( y desolador) la asimetría en los procesos de individualización y desinstitucionalizacion. Lo cual hace notar dos tendencias grandes, en primer lugar la elite regula y controla las actividades de sus jóvenes en marcos institucionales fuertes, por lo cual la escuela actúa para preservar sus privilegios. Por el otro los jóvenes de los sectores medios y populares se mueven en espacios poco institucionalizados y es el medio lo que se impone por sobre la escuela.

En la actualidad hay nuevos factores de fragmentación (no es que sean nuevos sino que han estado siempre, pero ahora sabemos como llamarlos) que se dividen en dos grandes lineamientos(o alineamientos), por un lado el trabajo al que aspira el estudiante que es concebido de dos maneras muy diferentes:

I. Como un medio de satisfacción y crecimiento, determinado por la estética del consumo y practicado por sectores medios y altos modernos.

II. Como un medio para lograr una vida digna o continuar la pertenencia a una determinada posición social, determinado por la tradición ética (sino protestante) del trabajo y practicado por elites tradicionales y sectores bajos.

Por el otro lado el factor determinante es la forma en que se articulan los jóvenes con el mundo globalizado, donde también (como en todo país polarizado) se observan dos tendencias:

I. Los globalmente móviles , que viajan a otros países varias veces al año para estudiar o visitar o perfeccionarse en su profesión , son aquellos que poseen el capital cultural y simbólico ( Bourdieu)

II. Los jóvenes obligados a migrar por trabajo u obligados a quedarse por no tener recursos., estos últimos están anclados a lo local.

Así es el panorama en la Argentina nuestra de cada día, las políticas educativas deben ser inmediatas, porque para curar los problemas crónicos se necesita mucho tiempo y hay que hacerlo lo antes posible, .Latinoamérica, que es nuestra tierra, debe crear un plan integral de lucha contra el analfabetismo y la pobreza, sin justicia social, no hay vida digna y sin esta no hay educación posible. Considero imperioso tomar el legado de Favaloro (que en materia educativa deja varios escritos precisos y muchas veces preciosos) y de todos aquellos que dejaron sus sueños de alfabetización y educación en el suelo americano (un Martí, un Bolívar, un Belgrano, un Sarmiento o un Freire).

A modo de cierre comparto esta frase de Favaloro:

A mi entender lo que más debe preocuparnos es volver a despertar en los niños y en los adolescentes los valores esenciales, sin los cuales poco importa su capacitación técnica o profesional. Es indudable que la única manera posible es por medio de una sólida formación humanística. Una vez más, entendámonos bien, como lo estableció con claridad don Pedro Henríquez Ureña: humanismo militante con profundo contenido social en defensa de la libertad y la justicia. La educación estará permanentemente centrada en la búsqueda "del hombre libre abierto a los cuatro vientos del espíritu", entendiendo que el goce de la libertad individual conlleva un compromiso social en procura de un ideal, una utopía, "el ideal de la justicia" en busca de la "magna patria", "la tierra de la promisión para la humanidad cansada de buscarla..."


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