Hoy hace frío,
seguramente te arrellanas bajo tus sabanas,
y nunca sola
y nunca conmigo.
Hoy es tarde y es frío,
necesitaba decírtelo,
de algún modo
estoy corroído.
Es el peso de las manos,
que el tiempo nunca sana
que todo rosa pudre,
que tanto ha muerto mío.
Hay heridos en el fondo de mi cama,
estupidos y sigilosos melodramas,
infaltables notas de animo,
cazadores,
estupidos
cazadores.
Quisiera que las cisternas pararan,
quisiera eso,
y que el lecho oceánico
con sus millones de años de podredumbres
y esqueletos de peces y lodo
volviese a ser superficie,
y morir inevitablemente
de ese (tú) asco.
Y si algún día volviese a ser el sol,
me gustaría llamarte,
volverte a abrazar,
rodearte con mis brazos de enfermo
besarte
solo una vez
la frente,
y olvidarme por siempre
de lo que no quise hacer
porque
sin reparos ni alegrías
la vida me consume suavemente
y ella es mi enemiga.
3 comentarios:
mamita amigo, qué panorama
me gustó mucho la metáfora del lecho oceánico, toda una declaración entre la aparente literalidad del poema.
un abrazo. espero que andes bien
(ando de campaña comentando así reflota el bloggerismo, hoy cooptado por facebook)
Intensísimo.
Muy
Muy
Te dejo un beso grande, espero que estes bien. =)
pd. muy
Tus poemas transportan
más allá
y más acá
belleza
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