domingo, 6 de junio de 2010

El ritual de la sangre.


Traen dormida una princesa
por la ruin calle de tierra
los ladridos le molestan,
aquelarre seco
radiadores y parteras.

Trae su bombo lleno
de huesitos y alegrías
pasa todo tan, tan viejo,
tan viajero pasatiempo.

Dicen que un mozo valiente,
de facones y escabeches
con alcohol y serpientes,
le lleno de alma el vientre

Cantaba coplas camperas
y milongas de papel,
en las tolderías de Rodeo
fue visto por ultima vez.

Llanto de niño bastardo
del lodo viene podrido,
una mujer que cesa
y deja de ser princesa.

Las cuerdas acarician finales,
una damajuana vacía
florecen jazmines
en la vida-cría de ese varón.

Facon de fondin
y el cuerpo compadron
acapara todo el ripio
del patio testigo.

La historia de las vidas
es trágicamente saludable
y el ritual de la sangre
no es para cobardes.

No hay comentarios: