esas noches de truco
y puchos
extasiados,
sin coca ni morfina,
el gamexane en la laringe
las cantidades aberrantes
escuchando cassettes
de Jazz en el Sharp,
con el Leo y el Damian.
Las películas, los porrones, las canciones,
los videos, las peleas
que hermosas,
las peleas con gritos fueron pocas
dos veces buenas entonces,
dos o tres veces
mejor.
Lo mejor de todo fue cuando yo era otro,
vos eras vos y te tocaba,
yo era yo y me mimeticé
con las tres banderas
y el Estado argentino,
vos te enamoraste de mi
y yo de él.
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